Hoy en día, vivimos en un mundo que no se rige más por una
sola gran tendencia. Si bien es cierto que en el “alma del mundo” existe una
cantidad más bien limitada de marcas que todos conocemos, hay tantas tribus,
tantas variantes y tantos consumidores que es imposible que una sola llegue a
todos. La diversificación es lo de hoy. El sueño de que tu personaje, tu marca
o tu propiedad (particularmente hablando de la industria del Licensing) llegue
a un nivel de reconocimiento mundial, es un tema de antaño, un sueño guajiro y
algo que hoy en día se antoja incluso innecesario.
¿A quién dirijo mi Licencia? ¿Quién es mi consumidor? ¿Cuál
es mi target? Son preguntas cuyas respuestas solían ser de vital importancia en
la estrategia de una propiedad. Y aunque mi recomendación siempre fue “no te
claves”, “no te enfrasques”, “no lo des por hecho” (porque está claro que el
que decide es el público final) lo que es cierto es que no puedes fortalecer
una estrategia tradicional que no tenga esto bien sólido desde el principio.
Y aquí estamos hoy, tratando de definir un target “indefinible”.
Intentar definir a nuestra audiencia en los tiempos modernos
es tan absurdo como ver a alguien en la calle y simplemente empezar a gritar un
nombre al azar a ver si lo adivinas… “¡Martín! ¡Martín!... No era Martín” “¡Felipe!
¡Felipe!... Tampoco era Felipe”
Cada vez hay más herramientas para hacer “reconocimientos”,
para ver si la audiencia a la que estamos llegando tiene “engagement” con
nuestro proyecto, producto, personaje. Pero lo cierto es que hasta que nuestro potencial
comprador o consumidor final no llega hasta nosotros, no podemos validarlo… “Hola,
mi nombre es Fabritzio, ¡mucho gusto en conocerte!” Y justo ahí es que sabemos
su apellido, su profesión u oficio, su edad, su país, estado y cualquier otro
dato general que nos sirva para poder empezar a generar coincidencias en un
grupo más amplio.
Cuando este acercamiento sucede, es que a través del tiempo,
con cortes sistemáticos y bien delimitados podemos empezar a conocer a nuestra
audiencia, sus particularidades, gustos y disgustos. La audiencia de una
propiedad (Digital / Física) es única y el Licenciante tiene que ser lo
suficientemente astuto para poder reaccionar a la altura de las circunstancias
y con la velocidad de los tiempos modernos.
Hoy en día TODOS tienen la oportunidad de construir su propia
audiencia, sin que esta tenga que encajar en los estándares de antaño. El que
no lo entienda no podrá vender su proyecto en el 2018.
En contraposición a lo que dice Maca Rotter en su libro “Los
10 mandamientos del Licensing” “El Licenciante propone, el Retailer dispone,
llega el consumidor y todo lo descompone” hay que darle su lugar al consumidor,
hay que respetarlo mucho, pues e finalmente la pieza más importante para una
propiedad. Sin ellos las licencias no venden y por lo tanto no existen.
Les saludo desde la parte oscura de la luna, esperando estar
de regreso pronto con ustedes para seguir platicando de los temas más
apasionantes del Licensing.
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