Hace un par de días estaba leyendo en las noticias que al
paso que vamos, el IMPI no estará en posibilidad de otorgar nuevos nombres a
empresas en un plazo de 5 años, ya que actualmente se están presentando arriba
del 100 mil solicitudes anuales, de las cuales el 75% fueron aprobadas, (no sin
haber tenido problemas en el proceso), pero cerca de 25,000 solicitudes fueron
denegadas al buscar obtener un nombre comercial para su proyecto, que ya existe
en el mercado. El asunto es tal, que no importa si los giros de ambas empresas
son muy diferentes, el hecho de que fonéticamente ambas empresas suenen igual, y
ese es el argumento que tiene la autoridad para no autorizarte el uso de un nombre.
Se prevé que en un futuro cercano, el porcentaje de marcas
rechazadas se incremente a niveles nunca antes vistos… Imaginen, el día que el
50% sean rechazados, va a ser un auténtico “volado” en el que la autoridad va a
determinar si puedes o no usar el nombre que le pusiste a tu concepto. Se prevé
entonces que en ese tiempo se tenga que recurrir al uso de abogados
especialistas (que no son nada baratos) para intentar desahogar lo que sea
necesario con la finalidad de hacer que el IMPI vuelva a considerar el
otorgarte el nombre en base a algunas argucias que estos especialistas tienen
para hacer una diferenciación que permita a ambas empresas “convivir” en el
mercado.
Así que ya lo sabes, cada día que pasa, existen 275
posibilidades de que el nombre que tienes para tu concepto sea elegido por
alguien más y esté en proceso de registro.
Si soy un pequeño emprendedor… ¿Qué hacer en caso de que me
nieguen el nombre y no pueda contratar un abogado especialista?
La respuesta/recomendación es sencilla, vas a tener que
cambiarlos….Así que piensa en el plan B y el plan C y hazte a la idea de que es
MUY probable que te reboten el nombre que habías elegido originalmente.
¿Por qué cambiarlos?
Seamos honestos, el proceso de registro tiene un costo que
normalmente no excede los $3,000 pesos, pero que para los pequeños
emprendedores significa un gran esfuerzo. Se trata de meterle dinero a donde lo
único que tenemos metido es el corazón, sin que esto signifique (siendo además
realistas) que llegue el momento en el que vayamos a recuperarlo… Se trata de
una inversión riesgosa, especialmente si tienes un nuevo proyecto en la cabeza
cada 15 días ¡No habría dinero suficiente para que registres todo lo que
quisieras!
Así que la recomendación es que pienses muy bien en el
concepto, dale un nombre (y un par de backup) y no te encariñes mucho, ya que
existe la posibilidad de que la autoridad te lo quite sin decir agua va.
Nos leemos pronto.
¡Saludos cordiales!
Antonio Mendoza
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